Si ya tienes claro qué tipo de mesa de comedor escoger, ahora llega otra decisión importante: elegir las sillas. A continuación te damos las claves para acertar y conseguir unas sillas bonitas, cómodas y que además combinen a la perfección con tu mesa.

El número

El número de sillas que podemos poner alrededor de la mesa lo determinan tanto las dimensiones del tablero como el tamaño de las propias sillas. Según los expertos, se necesitan entre 50 y 60 centímetros por comensal para que estos estén cómodos, un poco más si las sillas son voluminosas o tienen apoyabrazos.

Por ejemplo, en la mesa Chopo CH01, de 290x123cm, cabrían 4 sillas por cada lado e incluso un par más en cada una de las cabeceras.

La comodidad

Las sillas son un elemento de mobiliario pensado para sentarse y descansar, aunque también tienen su papel en otras actividades como comer, reunirse… Es fundamental que resulten cómodas, se adapten bien al cuerpo y garanticen una buena postura, que apetezca sentarse en ellas. Unas sillas pueden ser preciosas, pero si son incómodas, nadie querrá permanecer mucho tiempo sobre ellas y por tanto no estarán cumpliendo su función principal.

Las sillas con formas curvas o con algo de acolchado se suelen considerar especialmente cómodas, pero la mejor forma de averiguar si estás o no a gusto en ellas es probándolas.

El diseño y los materiales

La estética es fundamental a la hora de escoger sillas, ya no solo porque deben encajar en el conjunto de la decoración, sino también con la mesa a la que complementan. Existen estilos para todos los gustos: cálidas sillas nórdicas, sillas de apariencia exótica y bohemia, sillas rústicas, sillas de estilo industrial, sillas sencillas de líneas puras… la variedad en diseño es infinita.

Los materiales también juegan un gran papel: las sillas de madera aportan más calidez que unas fabricadas en metal, las sillas tapizadas tienen más presencia que las que no lo están, las sillas de fibras naturales dan un toque más acogedor y de tendencia…

Las dimensiones

No todas las sillas son adecuadas para todas las mesas, ya no solo por cuestiones de diseño, sino porque espacialmente no encajan bien con ellas. Es esencial que tengamos en cuenta la altura del asiento (y de los reposabrazos, en caso de tenerlos) para no llevarnos un disgusto cuando queramos recoger las sillas debajo de la mesa y estas no quepan.

La profundidad a la que está el respaldo también es importante, ya que si está demasiado alejado del borde de la silla no nos permitirá adoptar una postura cómoda y erguida a la hora de comer.

También es importante el espacio donde está ubicado el comedor: si es amplio y tienes una mesa grande, podrás permitirte elegir unas sillas más voluminosas, pero si no lo es mejor opta por sillas más ligeras, con las patas finas.